La Diócesis de Arlington ha estado muy satisfecha y feliz de haber recibido recientemente la carta pastoral de nuestro Obispo Monseñor Paul S. Loverde titulada: “Vayan Adelante con el Corazón Ardiente”. La mayoría de las parroquias de nuestra diocesis han recibido esta importante carta pastoral en inglés y español.
El obispo Loverde nos dice: “mi más ferviente oración
es para que llegue la alborada de la Nueva Evangelización aquí en la Diócesis
de Arlington. Rezo para que podamos saciar esta hambre y esta sed con un
torrente de amor y misericordia y con una evangelización “nueva en su ardor, en
sus métodos, en su expresión”. En palabras sencillas, es una oración para que
amemos más profundamente a Jesucristo y compartamos ese amor los unos con los
otros. Si cada persona de los cerca de 500 mil católicos pertenecientes a las
68 parroquias de nuestra diócesis llevara la Buena Nueva aunque fuera a una
sola persona en el año venidero, mi vida y la vida de su pastor darían un
vuelco” (Página 6).
Y nuestro obispo tiene toda la razón pues cada
bautizado tiene un compromiso primordial de no tener miedo de re evangelizar.
Nuestro Apostolado Hispano está realizando una gran y efectiva labor pastoral a
través de los Consejos Diocesanos como por ejemplo: convalidaciones, Pre-Cana,
Cursillos de Cristiandad, Renovación Carismática, Legión de Maria, Familia,
Vida Cristiana, Encuentros Matrimoniales, Catequesis, Jóvenes Adultos,
Ministerio de Emaús, etc. Jesús siempre necesitó colaboradores, y hoy con más
fuerza los necesita para continuar la obra: “construir el reino de Dios”.
En la época de Jesús, esclavo o siervo, era aquel que había perdido todo en este mundo, ahora el servidor de la Iglesia es aquel que en Cristo Jesús es un triunfador. El Espíritu Sano es el que da una nueva dimensión de reunirnos en grupos y comunidades. Y los que hemos sido hechos ovejas en los pastos de Dios, debemos sentir una afinidad especial unos con otros.
En el trabajo de la reevangelización todos somos
importantes, la comunidad en la que pertenecemos debe hacernos sentir
especiales: en alguna manera ser de colores, ser carismático, legionario o de cualquier movimiento nos da la
pertenencia y nos anima a otros a ser parte de la verdadera Iglesia de Dios.
Que nuestros corazones ardan cuando hablemos de la palabra de Dios a otros.
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