Recientemente tuve la oportunidad de ser invitado como Predicador central de “Domingo de Milagros” en la ciudad de Nueva York.
Me impresionó no solo la masiva asistencia a este evento Espiritual y de Evangelización, sino la Fe, la fuerza en la Oración y la participación comprometida de la gente.
Al comienzo tuvimos la oportunidad de comenzar con la Adoración
Eucarística, entre aplausos el Arca de la Alianza simbolizando el Antiguo
Testamento y luego entre canticos y luces se ilumina el escenario con la
presencia del Santísimo llevando dentro de la Custodia.
Me acompañaban en la alabanza el hermano Neil Vélez; los misioneros de Jesús y el padre Fry Nelson Medina venido desde
Colombia.
Cada día cuando elevamos nuestras Oraciones, nuestras Alabanzas
y peticiones con Fe hay un gran derramamiento de Sanaciones y poderosas Bendiciones
para un pueblo que cree en los milagros que solo son realizados por Cristo. Después
de que todo un pueblo se reúne en Oración y da un paso convencido de que Dios
se manifestará y cumplirá su promesa; entonces se dan los Milagros y llegan las
maravillosa Sanaciones Divinas.
Cuando el hombre da un paso, Dios no se queda atrás; él ya
tiene reservada toda la Sanación según nuestra
medida, Dios va sustentando aquello que necesitamos. Lo esencial es tener
convencimiento, conversión y gran confianza en él.
La fuente de la gracia Divina es el Espíritu Santo. Él es
agua viva… por tanto es un río y un rio muy grande e impetuoso (Salmo 46-5).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario