viernes, febrero 27, 2015

Somos un pueblo bendecido y amado por Dios.

Por Padre José Eugenio Hoyos.

Recientemente fui invitado al XXXIII Congreso Carismático Diocesano en Guadalajara, Estado de Jalisco, México a predicar sobre Sanación y nuevos métodos de Evangelización.
Aprovechando el comienzo de la Cuaresma invite a todo un pueblo reunidos en el Auditorio Benito Juárez a comprometernos en este tiempo  litúrgico a llevar la palabra y la bendición de Dios a aquellas familias o personas alejadas de la Iglesia Católica.

La presencia de los miles de asistentes a este gran congreso desde ya es un signo de preparación para acompañar a Cristo en su pasión redentora.


La Adoración al Santísimo, las Oraciones, las Alabanzas ayudan a interiorizarnos más y a reforzar nuestra vida Espiritual.
El mundo actual esta sediento de Dios pero por el consumismo y el bombardeo de las páginas digitales nos aleja cada vez más de la Iglesia y de Cristo. En 2 Reyes 6:17 nos dice la palabra que un hombre estaba trabajando con una hacha prestada; en un momento la cabeza del hacha se le escapo y cayó en el rio Jordán. Ante la preocupación de aquel hombre se produjo un milagro ¡El hierro flotó! Entonces en ese momento Eliseo le dijo: “Tómalo.”.


Y eso es lo que la gente en el congreso de Guadalajara hizo; tomó en serio la bendición y muchos al creerle a Cristo recibieron innumerables Bendiciones y Sanaciones. Cuando todo un pueblo se une en la Fe y sobre todo en la Oración estamos viendo manifestaciones impresionantes de Sanación de todo tipo de enfermedad y podemos concluir que definitivamente Dios esta grande entre nosotros.

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