Por José
Eugenio Hoyos
En algunos
meses comenzaremos la gran celebración de los 50 años de la Renovación
Carismática a nivel mundial.
Y en la
celebración de la Fiesta de Pentecostés demostró que millones de fieles y
Carismáticos se encuentran listos para esta celebración del Jubileo de Oro que
traerá sobre la Iglesia multitud de bendiciones.
Este será un
gran evento donde nos ayudara a renovar nuestra fe y donde sentiremos de nuevo
un derramamiento de extraordinarios dones y más carismas.
La bendición
que se derramara sobre estos 50 años sorprenderá e iluminara a todo creyente
que ha sido bautizado en el Espíritu santo. Éxodo 23, 25-26 nos dice: “ustedes
solo servirán a Yahvé, y yo bendeciré tu pan y tu agua, y apartare de ti todas
las enfermedades. No habrá en tu país mujer que aborte o se estéril; y
prolongare los días de tu vida.
Una de las
características que distinguen a un buen carismático es la docilidad, la
obediencia y la perseverancia en la oración hacia Dios, que es lo único que
exige Dios.
Pues el que
es fiel a Dios puede pedir la bendición no solo para sí mismo, sino también
para toda su familia y así con cada bendición se multiplicara y se fortalecerá
la cultura de Pentecostés en nuestro mundo. Derramare agua sobre el suelo
sediento y los riachuelos correrán en la tierra seca. Derramare mi espíritu
sobre tu raza y mi bendición cubrirá tus descendientes.
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