Por Ramón Jimenéz
El Tiempo Latino
6 de julio de 2007
Alrededor de tres mil personas asistieron el martes 3 [sic] a la Iglesia San Antonio de Falls Church, Virginia, a una misa en memoria de 11 parlamentarios muertos mientras estaban secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) de Colombia.
Una de las victimas, Jairo Javier Hoyos Salcedo, era hermano del sacerdote José Eugenio Hoyos, director de la Oficina del Apostolado Hispano de la Dócesis de Arlington, quien ofició el ritual litúrgico y pidió que los cuerpos de las victimas sean entregados a sus dolientes.
“Pedimos a los terroristas que entreguen los cadáveres para poder darles cristiana sepultura y que dejen en libertad a unas 6.000 personas que todavía tienen secuestradas”, dijo Hoyos.
Los políticos habían sido secuestrados en abril de 2002 y su muerte, según dieron a conocer por internet altos mandos de las FARC, ocurrió el 18 de junio pasado durante un “fuego cruzado” con “un grupo militar sin identificar”. La guerilla buscaba un acuerdo con el presidente Álvaro Uribe para canjearlos por presos.
“Han sido cinco años de cautiverio y de esperar por una liberación que nunca llegó remarcó el sacerdote Hoyos, quien al mismo tiempo criticó a las FARC porque “perdieron su visión revolucionaria para convertirse en narcoterroristas”, dijo.
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