Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
30 de octubre de 2008
Todos los bautizados en la fe católica vamos entendiendo poco a poco que la oración debe ser el centro y el corazón de nuestra vida espiritual. Los católicos a veces desconocemos el poder que tiene la Santa Eucaristía en sanación y en liberación.
En el caso del bautismo este sacramento está lleno de significado. Con él declaramos nuestra fe y compartimos la sepultura y resurrección de Cristo. Representa nuestra muerte a la vieja vida y anuncia nuestra nueva existencia en Cristo Jesús. El objetivo de nuestro Padre Celestial es que maduremos y desarrollemos las características de Jesucristo.
Lamentablemente, millones de cristianos envejecen pero nunca maduran. Están atascados en una infancia espiritual perpetua, permanecen en pañales. El crecimiento espiritual no es automático, requiere compromiso intencional. Debes crecer, decidir, hacer un esfuerzo por crecer y persistir en las vitaminas del crecimiento como son la oración, la fe y la perseverancia.
El discipulado, el proceso de convertirnos más semejantes a Cristo, siempre empieza con una decisión. Jesús nos llamó, y nosotros respondemos. Jesús le dijo: “Ven, se mi discípulo.” Así que Mateo se levantó y lo siguió.
En cuanto decidas con seriedad llegar a ser semejante a Cristo, deberás empezar a actuar de una manera nueva. Tendrás que abandonar algunas rutinas viejas, desarrollar hábitos nuevos y cambiar intencionalmente tu manera de pensar. Podrás estar seguro que el Espíritu Santo te ayudara con tales cambios. Las Sagradas Escrituras dice: “Lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad”. Jesús nos dice: “Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra de Él que me envío. Viene la noche cuando nadie puede trabajar”.
El reloj esta marcando la hora en tu vida misionera; así que no te demores. ¡Inicia tu misión de alcanzar a otras ya! Tendremos toda la eternidad para celebrar con los que llevemos a Jesús, pero tenemos el tiempo contado para alcanzarlos. Esto no significa que debes dejar tu trabajo y comenzar a ser un monje, un ermitaño. Dios quiere que compartas las buenas nuevas donde estés. Como estudiante, madre, maestra de preescolar, vendedor, gerente o cualquier actividad que hagas, debes seguir mirando continuamente por las personas que Dios pone en tu camino para que puedas difundir el Evangelio.
Pero para realizar esa misión debes tener una riqueza espiritual en tu vida y recordar que Espiritualidad es sentirle parte de Dios, vibrar en el amor y hacer todo por Él, con Él y en Él. Es ir mas allá de lo aparente y conectarte con lo esencial, estar alerta y estar despierto. Espiritualidad es amar en el aquí y el ahora y no ser esclavo del pasado ni prisionero del futuro. Es amar la verdad, ser humilde y amar sin apegos, consciente de que eres un espíritu migratorio. Es no sucumbir en las noches oscuras y aceptar que llegan para purificar el alma y evolucionar en el amor. Espiritualidad es ser rico en bondad y pobre en bajeza, es verlo todo con los ojos de Dios. Cuando eres espiritual también eres compasivo y no juzgas, solo amas, unes e irradias tu luz. No es fácil ser espiritual, pero esa es la labor que cuenta y la que un día te llevara en paz de regreso a casa.
3 comentarios:
Este es un escrito con un profundo llamado al misticismo activo y transformador. Les sugiero que lo lean repetidas veces. Comprendo perfectamente bien lo que el Padre Hoyos nos esta diciendo. Aun así, ¡que difícil es¡ Muchos son los llamados y pocos lo escogidos. No pretendo ser negativo, no se desanimen…es tarea de toda una vida.
Me encanta "el reloj esta marcando la hora en tu vida misionera", y la sigue marcando; pero muchas veces así como hemos hecho el día de hoy para el cambio de hora nacional, le damos un giro atras tambien a nuestra vida para volver a las cosas que no nos edifican. Si todos nos pusieramos a pensar en esa hora que vamos a volver al Padre creo que reflecionariamos más nuestro paso por esta tierra, y es cierto lo que dice Padre Hoyos en su artículo que lamentablemente, millones de cristianos envejecen pero nunca maduran, llego la hora del despertar espiritual y empezemos a amarnos los unos a los otros y a vivir nuestra vida sacramental.
Como dice nuestro amigo juanm - no nos desanimemos - tenemos que luchar hasta lograr ver esa vida espiritual dentro de nosotros dando los frutos esperados.
Mercedes
El camino hacia el Padre, protegidos por la Madre en la Tierra, esta lleno de tropezones, caídas, tentaciones, errores y desánimos y vacilaciones…sigan, sigan…aunque ganen una de cada diez…sigan…nunca pierdan la fe y la esperanza…sigan. ¡Nunca están solos/as! Aunque así a veces lo parezca, no lo están…recuerden a Jesús en la cruz…ante la muerte y el sufrimiento también tubo su momento de desánimo: “Padre porque me has abandonado”.
No perdió la fe, por que aún así hablaba con el Padre… pero sintió la soledad y el abandono que muchos de nosotros sentimos en ocasiones… ¡No tengan miedo! Algunos de Udes. ya saben quien dijo esto.
¡Sigan y perseveren¡
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