Por el Rev. José Eugenio Hoyos
La crisis económica en el mundo no ha pasado, continúa, toca los bolsillos de todos los ciudadanos. La crisis social y económica confunde al pueblo que se hace cada vez mas pobre, sufrido y marginado, sin recursos para sanar su estructura económica complemente lastimada y rota.
Con el desequilibrio económico viene el desgano el negativismo y la desestabilizad emocional en las familias. En todos los hogares hay estés y preocupación porque están perdiendo sus viviendas, sus enseres, sus negocios, sus inversiones de toda una vida. Encontramos padres desempleados, madres sin que dar de comer a los hijos, hijos sin porvenir.
Pero a pesar de esta situación llena de desilusiones brota una luz radiante y maravillosa como es la fe. Pero una fe traída por Cristo cargado de esperanzas y de buenas noticias para los que se sentían ya derrotados. Chesterton decía: “solo cuando hemos llegado a desconfiar de todo, es que la esperanza empieza a ser verdadera fuerza”.
¿A dónde iremos a buscar, si es tanta la inseguridad? ¿La paz y la solución vendrán de Dios, desde la intimidad de su corazón? Estoy convencido de que sin ella la vida pierde su ilusión y los días quedan convertidos en humo. “¿a quien iremos, Señor? Solo tu tienes palabras de vida eterna”. ¿La paz y la solución vendrán de Dios, desde la intimidad de su corazón? Estoy convencido de que sin ella la vida pierde su ilusión y los días quedan convertidos en humo.
“¿a quien iremos, Señor? Solo tu tienes palabras de vida eterna.” Solo Cristo Jesús tienen palabras que resisten al paso del tiempo, a las tormentas, problemas matrimoniales, a la depresión, o a cualquier enfermedad. Solo sus palabras tienen la capacidad de abrirnos las puertas de la vida eterna si respondemos a Él, si cooperamos, si nos unimos, si creamos nuevas ideas, si invertimos socialmente en los más necesitados. La palabra de Cristo cambiara cualquier crisis.
Juan Pablo II nos recordaba: “solo Jesús conoce nuestro corazón, vuestros deseos mas profundos. Solo Él, que os ha amado hasta la muerte, es capaz de colmar vuestras aspiraciones. Sus palabras son palabras de vida eterna, palabras que dan sentido a la vida. Nadie fuera de Cristo podrá daros la verdadera felicidad” Cristo es la solución a cualquier crisis.
1 comentario:
Pienso que hay una dinámica especial de acción, amor, sacrificio y trabajo en las ordenes Jesuita y Franciscana que no se encuentra tan desarrolada en otras ordenes religiosas católicas, sin olvidar desdeluego, las Misioneras de la Caridad.
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