Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Todos los bautizados en la Iglesia Católica estamos llamados a ser discípulos y apóstoles entregados a vivir el Evangelio de Cristo.
La Renovación Católica Carismática es la fuente y base de bendiciones para los cristianos en el mundo, pues nuestra misión es invitar a las comunidades a conocer y llenarse del Espíritu Santo para luego proclamar a bases de testimonios verídicos que Cristo Vive! En el encuentro con Jesucristo, San Pablo recibió una misión; debía ir a los gentiles y anunciar al mundo entero el Evangelio de Jesucristo. San Pablo señala una y otra vez que “el ha sido llamado por voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús” (1 Cor 1, 1). La experiencia de haber recibido de dios una tarea respecto al mundo entero le marco y le dio a ese apóstol, con bastante frecuencia enfermo, una fuerza casi sobrehumana. Pese a la mucha experiencia de hostigamiento y difamación, no abandona, recorre a pie regiones peligrosas y solitarias, emprende viajes en barco para anunciar a todo el mundo el Evangelio de Jesús Resucitado.
El Espíritu Santo ha sido derramado sobre todo el pueblo de Dios, no solo sobre unas personas seleccionadas. La comunidad de fe es la portadora primaria de la misión de anunciar la salvación en Cristo. No quiero decir de ninguna manera que otros movimientos dentro de la Iglesia no estén evangelizando, claro que si realizan una pasión al servicio y compromiso mas serio en los Sacramentos, la oración, la alabanza, las Obras de Misericordia, la predicación, la intercesión y la defensa de los sacerdotes, promoción de vocaciones y devoción a María Santísima. La misión es universal e integral. No podemos perder mas tiempo, ha llegado la hora que los católicos dejen el miedo atrás y salgan a proclamar la palabra de Dios acompañados de la fuerza del Espíritu Santo.
Hay que regar semillas en todo lugar y a todo momento para luego recoger asombrosas cosechas. “El poder del Señor estaba con ellos, y un gran numero creyó y se convirtió al Señor” (Hechos 11:21).
Todos los bautizados en la Iglesia Católica estamos llamados a ser discípulos y apóstoles entregados a vivir el Evangelio de Cristo.
La Renovación Católica Carismática es la fuente y base de bendiciones para los cristianos en el mundo, pues nuestra misión es invitar a las comunidades a conocer y llenarse del Espíritu Santo para luego proclamar a bases de testimonios verídicos que Cristo Vive! En el encuentro con Jesucristo, San Pablo recibió una misión; debía ir a los gentiles y anunciar al mundo entero el Evangelio de Jesucristo. San Pablo señala una y otra vez que “el ha sido llamado por voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús” (1 Cor 1, 1). La experiencia de haber recibido de dios una tarea respecto al mundo entero le marco y le dio a ese apóstol, con bastante frecuencia enfermo, una fuerza casi sobrehumana. Pese a la mucha experiencia de hostigamiento y difamación, no abandona, recorre a pie regiones peligrosas y solitarias, emprende viajes en barco para anunciar a todo el mundo el Evangelio de Jesús Resucitado.
El Espíritu Santo ha sido derramado sobre todo el pueblo de Dios, no solo sobre unas personas seleccionadas. La comunidad de fe es la portadora primaria de la misión de anunciar la salvación en Cristo. No quiero decir de ninguna manera que otros movimientos dentro de la Iglesia no estén evangelizando, claro que si realizan una pasión al servicio y compromiso mas serio en los Sacramentos, la oración, la alabanza, las Obras de Misericordia, la predicación, la intercesión y la defensa de los sacerdotes, promoción de vocaciones y devoción a María Santísima. La misión es universal e integral. No podemos perder mas tiempo, ha llegado la hora que los católicos dejen el miedo atrás y salgan a proclamar la palabra de Dios acompañados de la fuerza del Espíritu Santo.
Hay que regar semillas en todo lugar y a todo momento para luego recoger asombrosas cosechas. “El poder del Señor estaba con ellos, y un gran numero creyó y se convirtió al Señor” (Hechos 11:21).
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