martes, octubre 19, 2010

Padre Hoyos ¿Por qué en las Misas de Sanación, Dios sana a muchos y a mi no?

Por el Rev. José E. Hoyos

Esta es una de las cartas donde una señora de nombre Ana María (he omitido su apellido por respeto), nos comenta de que ella por varios años ha estado asistiendo a las Misas de Sanación en la Diócesis de Arlington, luego viajó a Venezuela, su país natal y cuando supo por un familiar que se iba a estar realizando una Misa de Sanación pidió que la llevaran para haber si por fin el Señor la sanaba, en su tierra amada. Y de nuevo nada sucedió, pues ella sufre de una gran diabetes que la mantiene muy preocupada, pues su madre hace varios años murió de dicha enfermedad.

A su regreso a los Estados Unidos decidió escribirme una nota preguntando ¿Por qué específicamente Dios no la ha sanado, cuando ella ha visto que a otras personas si? Y ella es testigo de sus testimonios verídicos. Lo primero que le conteste a Ana María es que la voluntad de Dios es que las personas no estén enfermas. Hay que seguir insistiendo (palabra clave) con paciencia y fortaleza para que llegue el tiempo de Dios y no el tiempo que le exigimos y le ponemos a Dios.


Tenemos que ser concientes, que nuestra comunicación con Dios a través de la oración juega un papel muy importante en la historia de los milagros realizados por Nuestro Señor Jesucristo.

Nuestra fe es la principal medicina para recibir la transfusión espiritual y sanadora que nos da el Espíritu Santo. Hay que tener en claro que no soy yo, es Dios quien lleva nuestras enfermedades. Sin Cristo en mi sistema orgánico no tendríamos fuerzas para sobrevivir nuestras enfermedades.

En cada dolor y enfermedad hay que invocar el nombre del Padre del hijo y del Espíritu Santo. Doblegarnos y ofrecer nuestro sufrimiento con docilidad al poder del Médico de Médicos, el Cirujano Divino Cristo Jesús. Dejar en sus manos ese momento para que cuando el Nazareno decida, cuando es nuestro turno, seremos sanados. En cada Eucaristía, Misa de Sanación o Adoración al Santísimo, hay que abrir nuestro corazón al Rey de Reyes porque sí existe la Sanación, solo basta esperar y confiar con fuerte fe. En ningún momento hay que dudar del amor y la sanación que viene del Resucitado.

3 comentarios:

Rebel Girl dijo...

I was just thinking that this is precisely the area that we are not addressing adequately, that is not addressed adequately in Fr. Hoyos' new book either. Why are we so afraid to look closely when our prayers fail? Why are we afraid to admit that sometimes we as humans feel like we have failed especially when the one we are praying for and who died is someone close to us? Until we can start to deal honestly with this, we will be leaving many people like this woman feeling very much alone. I've only heard one of our predicadors deal with this question honestly.

Maria del Carmen Perez dijo...

Padre Hoyos: Gracias por explicar tan claramente porque unas personas no sanan y otras no. Verdaderamente
la sanacion es para todos,pero la fe la tenemos que trabajar a cada momento. Tenemos que pedir sanacion con un corazon humilde y humillado y permitirle al Espiritu Santo, que obre con su Santo Poder.

Anónimo dijo...

Padre Hoyos.

Vivo en Cali, Colombia y he sido devoto del Divino Niño a quien he orado y logrado la sanacion de 4 personas (mi hijo salio bien de una delicacada operacion de duodeno obstruido y mal rotacion de colon con tan solo 8 dias de nacido, la nieta de unos conocidos con problemas cardiaco graves (de muerte) se curo de su dolencia, una señora con septicemia con diagnostico de muerte se curo (le cortaron los dedos de pies y manos, pero se curo), una hija de una amiga con un tunor blandito en el estomago se curo. Yo estoy solicitando y he orado para que se me cure un problema de congestion nasal y de pitos en los oidos y llevo 3 meses sin recibir la anhelada curacion. Que puede estar ocurriendo que ya no me escucha el Divino Niño? Puede usted a distancia orar por mi para mi sanacion? Cesar Augusto Perez Bonilla