jueves, octubre 31, 2013

La Eucaristía centro de nuestra Fe.

Por Rev. José Eugenio Hoyos.

Seguimos experimentando en nuestra Iglesia Católica que nuestra devoción a la Santa Eucaristía y la frecuencia a los Sacramentos nos dan gran fortaleza para seguir luchando y levantándonos cada día. El Sacramento de la reconciliación y la Eucaristía son grandes refuerzos espirituales que le dan gran fortaleza a nuestro diario vivir.
En cada encuentro que tenemos frente al Santísimo encontramos una gran paz y tenemos la oportunidad de comunicarnos frente a frente con Cristo. Muchas Parroquias de la Diócesis de Arlington nos dan la oportunidad de poder Orar ante Jesús Sacramentado, ellas abren las puertas a los feligreses para que podamos beneficiarnos las 24 horas en adoración al Santísimo.

Los hispanos nos hemos beneficiado en este año de la Fe por los diferentes programas, eventos Espirituales, retiros, vigilias y horas santas donde el altísimo ha estado expuesto; el rosario y las obras de la misericordia nos han ayudado a enriquecer nuestra vida Espiritual en familia.

Cuando Dios tiene en su plan llamarnos para servirle no se va a rendir de lograr su presupuesto. Aun cuando nosotros seamos indiferentes a su llamado...

A veces pensamos: ¿Por qué no dije si a su llamado a una temprana edad y lo vine a hacer a los 30 o 40 años? Luego reflexionamos  y comprendemos que mientras más tiempo estemos alejados de Dios, más dificultades y tristezas se acumularan para ayudarnos a acercarnos a él y la santa Eucaristía es el mejor medio para sentir su amor y su perdón Sanador, liberador.
 ¿Te has puesto a pensar que la razón por la cual puedes decir “amo a Dios y a mi prójimo” no es porque te nació hacerlo, sino porque Dios tomo primero la iniciativa de poner y encender el fuego a través de la santa Eucaristía. La palabra dice: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19) el señor está llamando a muchas puertas. No todos quieren sentir ni escuchar la voz de Cristo y aun muchos que se llaman católicos no quieren abrir la puerta de su corazón.

Por eso hay que mantenernos de rodillas ante Jesús Eucaristía y pedirle mucha conversión y que cada uno de nosotros nos comprometamos a ser verdaderos discípulos del señor. Sin Miedo a ser protagonistas de una nueva Evangelización.

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