viernes, marzo 27, 2009

Las gigantonas gigantes de papel

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Dentro de los muchos recuerdos de mi infancia, viene a mi memoria las ferias de mi ciudad natal donde mis padres nos llevaban a ver los desfiles, las cabalgatas, las bandas musicales para celebrar de esa forma bien fuera por el día del Santo Patrono o la independencia del país. Nunca olvidare las preparaciones que nuestros padres hacían con nosotros pues controlar en un desfile a 12 hijos era un poco difícil. Los mayores controlaban a los pequeños para que no nos metiéramos en el desfile o nos moviéramos o perdiéramos el sitio para poder ver bien y no perdemos los pequeños detalles. Realmente eran momentos de familia inolvidables. A todos nos compraban un bombom o chupeta como para que estuviéramos concentrados o no habláramos mucho. El desfile era de un gran colorido, de una gran algarabía y cada grupo de disfraces, cada banda musical o representación comunitaria era bien aplaudida. Todo me encantaba, me parecía vivir una gran fantasía y era como una invitación a lo misterioso y desconocido.


Lo que más me intrigaba y me llamaba la atención era el desfile de las Gigantonas(es) de más de 3 o 4 metros de alto y más en aquel tiempo donde solo tenía 10 años de edad, los veía mucho más altos. Me impresionaba su armadura, su altura, su caminar y la expresión de sus caras pintadas con tanta fuerza que no supieran si me alegraban o me asuntaban. Cada vez que una de ellas(os) pasaba cerca donde yo estaba arrojaban ante el público confetis, dulces y toda clase de golosinas pero por mi miedo a que un gigante de estos me alzara prefería quedarme inmóvil y pasar de ser percibido. Cada Gigantón o Gigantona representaba un personaje del pueblo.

Hoy en día los Gigantes de papel me llaman mucho la atención, pues en mi diario vivir los encuentro por todos lados y en todos los sitios. Los seres humanos vemos a las estrellas de cine, TV, a los grandes deportistas, presidentes, multimillonarios y muchos famosos como grandes gigantes de la farándula y mundo financiero. Pero al tratarlos personalmente dejan de ser tan altos y poderosos para convertirse en gigantes de papel. Se convierten tan pequeños cuando los toca una enfermedad, el desamor, la bancarrota, los escándalos, las desilusiones y el sufrimiento. Su grandeza se desmorona cuando están luchando por ejemplo, por el amor de una mujer, son tan frágiles que con el desprecio o el dolor se puede romper. Los hombres grandes son aquellos que sienten que lo espiritual es más poderoso que cualquier fuerza material y que son las ideas las que rigen el mundo. En este mundo crece utilizando tus talentos al servicio de los demás para que no te conviertes en un gigante de papel.

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