lunes, marzo 23, 2009

Monseñor Romero: ¿valió la pena asesinarte y martirizarte?


Por el Rev. José Eugenio Hoyos

En estos días toda Hispanoamérica y los inmigrantes en el mundo entero nos ponemos de pie acompañando a este gran Mártir y futuro Santo de nuestra Iglesia Católica: Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Siempre se mantuvo de pie ante los acontecimientos sociales, pastorales y de injusticia social que aquejaban al pueblo salvadoreño y que siguen tristemente latentes en la sociedad actual. De pie, con firmeza y con una estruendosa capacidad de liderazgo cristiano.

El Arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero salió de la comodidad del Arzobispado y de la protocolares poses que a veces existen en el desempeño del poder eclesiástico y decidió correr por entere las venas de los tormentos de su pueblo, hasta el colmo de derramar su sangre para dejar el gran mensaje, al estilo de Cristo: “a mi me pueden matar ya, pero la voz de la justicia nadie la puede callar”.

La vida espiritual de Monseñor Romero es algo digno de imitar. Su vida de oración se alimentaba de la espiritualidad y del ejemplo de los tres grandes modelos de vida espiritual que asumió para su vida sacerdotal: San Juan de la Cruz, San Agustín y Santa Teresa de Ávila. El ideal sacerdotal de Monseñor Romero estaba estrechamente ligado al sacrificio de Jesús en la Cruz. Ser sacerdote era para él morir un poco cada día, hasta entregar toda su vida en aras de la muerte redentora de Jesús. Un morir que le permitiera, como a Jesús, ser todo en todos. Un morir en la Eucaristía, ser eternamente un derrotado en aras del amor, para ser eternamente un resucitado.

El rezo del Santo Rosario era una práctica que Monseñor Romero había aprendido en el regazo materno y conservado desde su tierna infancia. En diciembre de 1940 el dijo: “Todo sacrificio supone un homenaje de adoración, un reconocimiento de nuestra miseria en el confronte con el ser infinito”. Hubo en la vida de Monseñor Romero un sentimiento del que nunca se pudo deshacer, y fue el de sentirse pobre, mezquino y pecador.

Dentro de la opción por los pobres y los oprimidos me llamó mucho la atención de este trabajo tan particular y lleno de tanta emoción, sin embargo, Monseñor Romero sabía muy bien que el reino de Dios desborda lo propiamente cristiano y que fuera del cristianismo también se encuentra el soplo del Espíritu Santo. ¿Cómo hacer para que un cambio revolucionario que nace de motivaciones cristianas se lleve a cabo sin que la Iglesia desatienda y deje solos a aquellos a quienes ella misma motivo hacia esos cambios? Desafortunadamente en algunos sacerdotes, movimientos sociales o revolucionarios de ultra izquierda se ha utilizado la imagen de Monseñor Romero de una forma distorsionada. En realidad Romero será para un furtar un gran Santo a imitar. ¿Valió la pena el martirio y sacrificio de Monseñor Romero?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El caso del arzobispo Oscar Romero, es el caso de un ser humano, que crece personalmente en amor dado las circunstancias, olvidandose de si mismo. Un claro ejemplo del nacimiento de Cristo radiante en el corazón de uno.
Un sacerdote que podría haber jugado seguro, moviéndose entre la elite del país y sin agitar las aguas, que eso era lo que esperaban los mandamases que andaban atropellando al pueblo.
Pero no, tubo que enfrentarse a los poderes del lugar y pago con su vida. Por que su consciencia así lo demandaba
Si, en mi opinión, fue un mártir y un héroe, pero, no, no valió la pena su muerte. ¿Y por que no? Por que nadie debería de morir para luego ser declarado héroe o santo.
Por que monseñor Romero debería de haber recibido el apoyo de la iglesia en peso, a sabiendas de las atrocidades que el gobierno y los militares estaban llevando a cabo.
Pero Juan Pablo II, el gran Papa, marcado en su consciencia por los horrores del comunismo cometidos en Polonia, -temia quizás- que el condenar al gobierno de El Salvador, podría ser interpretado como una aprobación de las actividades de los opositores al gobierno, especialmente las guerrilas Farabundo Marti.
Pero la iglesia con razón, no debe de inclinarse a favor ni en contra de un régimen u otro, pero si debería de pronunciarse en contra de los abusos humanos, sean del color que sean.
Los asesinos…creo que aun no han sido capturados, incluso a sabiendas de que algunos de ellos también asesinaron a sacerdotes y jesuitas, como al padre Rutilio Grande.
¿Por qué la iglesia no ha buscado con énfasis, el llevar a la justicia estos criminales?
Y encima, ahora el presidente de El Salvador, se molesta contra el gobierno español por querer abrír expediente contra esos individuos.
Esto es increíble
http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=politicaelsalvador&message.id=60209

Oscar Romero, fuiste un ejemplo e ideal de integridad humana para todos y sin lugar a dudas, siempre hay una oración para ti en mi corazón.

Rebel Girl dijo...

Thanks, JuanMM. I think Padre Hoyos is still a bit bummed out that his friend Avila lost the presidential election...

It amazes me how much El Salvador's civil war is still being fought in the Salvadoran community in metropolitan Washington, DC.

Anónimo dijo...

Sinceramente no estoy muy al corriente de la situacion política de El Salvador, pero desde que ya hace años, vi la pelicula de Raúl Julia, personificando a Oscar Romero, me interesó mucho su vida y obra. Tambien conozco a un monsignor (hermano separado) que lo conoció personalmente.
Las heridas de las guerras civiles, tardan muchos mas años en sanar que las causadas en guerras entre paises. Se require al menos que pase una generación nueva para que se olviden agrabios y enemistades. Aún asi, las lecciones aprendidas, nunca deberian de olvidarse.