martes, noviembre 11, 2008

La dulzura del Corazón de Jesús

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Boletín Interparroquial

9 de noviembre de 2008

Los evangelios nos muestran como Jesús, Dios hecho hombre, experimentó durante su vida en la tierra los diversos niveles de soledad. Así como nuestros inmigrantes también experimentan la soledad en suelo estadounidense. Igualmente, la importancia que tiene la Iglesia Católica de acompañar a estas familias en la búsqueda de una nueva vida en terras inhóspitas. Pero también nos enseñan como a través del verdadero amor a Cristo le dio un nuevo sentido a la soledad. Sólo desde el amor del corazón de Jesús podemos mirar la soledad que hay en nuestra historia de modo diferente. Sólo desde el amor del corazón de Jesús se llenaran los vacíos que aun hoy existen en nuestros corazones. Sóle desde la dulzura del corazón de Jesús y con su ayuda podremos llenarnos del amor Cristiano por nosotros mismos, por la vida, por los demás y sobre todo por el mismo Dios, para así planificarnos como personas. Como canta la hermana Glenda en su tema: "No soy digno de que entres en mi casa" del CD "A Solas con Dios":

Solo dime una palabra tuya y yo me sanaré
Solo dame un aliento tuyo y yo tendre vida
Solo dame un aliento tuyo y yo daré vida
Solo dame una mirada tuya y yo podre ver
Solo dame una sonrisa tuya y yo podre reir
Solo dame una sonrisa tuya y yo haré reír
Solo dame una caricia tuya y yo acariciaré.


Sólo adentrándonos en el corazón de Jesús, rebosante de amor por nosotros, podremos sentir que no estamos solos y seremos instrumentos de Dios, para ayudar a aquellas personas que experimentan angustia a causa de esa sensación de soledad que pudo abrir heridas en sus vidas. Si usted está pasando por momentos dificiles en su hogar con sus seres queridos, o ha perdido un familiar, la esperanza, la fe, etc., tome con seriedad estas indicaciones:

  1. Vaya al frente del Santísimo Sacramento, tome unos minutos en silencio, desahóguese, háblele desde lo más profundo de su ser.


  2. Manténgase en la presencia de la Santísima Trinidad y de la Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra.


  3. Pídale a Dios Espíritu Santo que traiga a su conciencia algún recuerdo que considere importante para este momento, pues Él ve en que área usted necesita ser sanado hoy.


  4. Luego solicítele a Dios Hijo que le ayude a comprender ese recuerdo y a verlo con su mirada.


  5. Déjese abrazar en este instante por Dios Padre y permita que su amor colme su corazón de toda presencia paterna y masculina que haya necesitado. Permita que ese amor paterno, sano y firme, disipe toda sensación de soledad y aislamiento y que sane el origen de estas emociones negativas.


  6. Pídale a Dios Padre que desde hoy en adelante le ayude a usar sus recuerdos como un medio para servir mejor a Dios y a los hombres, un servicio más compasivo, más pleno, más eficaz y más humano.

Dios es el que les dice: "Nunca to dejaré ni te abandonaré" (Heb. 13,5). Recuerda cada vez que te sientas solo(a): Dios siempre estará a tu lado acompañandote.

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