Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Siempre los viajes de los Papas a América Latina o al África tienen un sabor, un sentido y una orientación totalmente diferentes. La pobreza, el abismo social y el desanimo en la fe son temas obligados a tratar en cada gira. El continente Africano es un emporio religioso que no se puede ignorar por parte del Vaticano. Si en realidad el Evangelio nos muestra que Jesús luchó y habló por los más pobres, marginados y excluidos de la sociedad, África nos brinda un ambiente propicio para invitar a la humanidad a invertir socialmente, económicamente y religiosamente en un continente bastante olvidado. Definitivamente el mundo se ha olvidado de una civilización sufrida y carente de los recuerdos humanos y primarios para la subsistencia de millones de africanos.
La presencia de Benedicto XVI es fundamental para el mundo entero, para que se nos recuerde que los marginados de la sociedad continúan hambrientos y sedientos del amor de Dios y de la humanidad. En Camerún, por ejemplo, el Papa hizo una defensa rígida y fuerte de los más necesitados. La polémica que ha desatado Benedicto XVI dentro de sus mensajes, ha sido sobre lo relacionado al uso de preservativos contra el SIDA, ya que según el Pontífice en vez de parar o disminuir esta epidemia global hace que la enfermedad y la promiscuidad avance. Sobre todo en el África, donde hay 22 millones de infectados por este terrible virus. El Papa sólo reafirmó la posición oficial de la Iglesia Católica, basada en “la educación de la responsabilidad”.
Sin embargo, para tratar de calmar la polémica y mostrar la “dedicación” de la Iglesia Católica con los afectados por el SIDA, el Papa tuvo un encuentro con los jóvenes de una asociación de ayuda a enfermos de SIDA gestionada por la Comunidad Católica de San Egidio. Además, el Pontífice hizo un llamamiento a los Obispos camerunenses a “defender” vigorosamente los valores esenciales de la familia africana que sufre las consecuencias de la “modernidad” y la “secularización”. También les incitó a convertirse en “defensores de los derechos de los más pobres” y a trabajar a favor de “la colaboración entre las etnias por el bien de todos”.
Igualmente el Papa volvió a condenar el aborto y defendió la vida de los aun no nacidos, insistió igualmente en la defensa de la familia y reitero la indisolubilidad del matrimonio. “La Iglesia quiere despertar la esperanza en los corazones de los excluidos y tiene que contribuir a la construcción de un mundo más justo en el que cada uno viva más dignamente” subrayó. Después de visitar Camerún pasará a Angola donde el mundo Católico espera mensajes de reflexión mundial.
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