Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
10 de abril de 2009
Ha llegado el tiempo de profundizar espiritualmente en nuestras vidas. Esta Semana Santa tiene muchos motivos para celebrarla; primero pidiéndole a Dios que nos libere de este Viernes de Pasión como el de Cristo en la Cruz que estén viviendo más de 12 millones de indocumentados en los Estados Unidos de America y en otros países. Que cada latigazo que le fue dado a Jesús es el mismo que se le da a los inmigrantes cuando son deportados, cuando en sus lugares de trabajo llega la migra y cientos son apresados como criminales, sin importarle a los oficiales de inmigración que estos inmigrantes son seres humanos que dejan con su deportación madres, esposas(os), hijos(as) desamparados y en el borde de la desesperación. Este tiempo de reflexión profunda y de acercamiento a Jesús el Nazareno, el inmigrante, el crucificado, el escupido y torturado que sólo resucitará cuando haya seriamente una reforma migratoria, humana, moral y justa.
Que la crisis económica mundial que está viviendo igual que un Viernes Santo no sea tan tormentosa como el Vía Crucis de la crisis mundial espiritual que vive actualmente y por muchos siglos la humanidad. Que en Colombia como en muchas partes del mundo los que se encuentran secuestrados y privados de la libertad por las FARC u otros grupos terroristas, no ofendan más a Dios y que si quieren vivir una verdadera resurrección la única salida es la liberación definitiva de todos los secuestrados en Colombia. Sería una gran vergüenza que una Semana Santa más quiere forman parte se presten a continuar encadenando a hermanos inocentes en un conflicto que no tiene norte, ni ninguna salida. “Para ser libres nos libertó Cristo” (Gal 5, 1).
Washington Hispanic
10 de abril de 2009
Ha llegado el tiempo de profundizar espiritualmente en nuestras vidas. Esta Semana Santa tiene muchos motivos para celebrarla; primero pidiéndole a Dios que nos libere de este Viernes de Pasión como el de Cristo en la Cruz que estén viviendo más de 12 millones de indocumentados en los Estados Unidos de America y en otros países. Que cada latigazo que le fue dado a Jesús es el mismo que se le da a los inmigrantes cuando son deportados, cuando en sus lugares de trabajo llega la migra y cientos son apresados como criminales, sin importarle a los oficiales de inmigración que estos inmigrantes son seres humanos que dejan con su deportación madres, esposas(os), hijos(as) desamparados y en el borde de la desesperación. Este tiempo de reflexión profunda y de acercamiento a Jesús el Nazareno, el inmigrante, el crucificado, el escupido y torturado que sólo resucitará cuando haya seriamente una reforma migratoria, humana, moral y justa.
Que la crisis económica mundial que está viviendo igual que un Viernes Santo no sea tan tormentosa como el Vía Crucis de la crisis mundial espiritual que vive actualmente y por muchos siglos la humanidad. Que en Colombia como en muchas partes del mundo los que se encuentran secuestrados y privados de la libertad por las FARC u otros grupos terroristas, no ofendan más a Dios y que si quieren vivir una verdadera resurrección la única salida es la liberación definitiva de todos los secuestrados en Colombia. Sería una gran vergüenza que una Semana Santa más quiere forman parte se presten a continuar encadenando a hermanos inocentes en un conflicto que no tiene norte, ni ninguna salida. “Para ser libres nos libertó Cristo” (Gal 5, 1).
En este tiempo de tanta riqueza espiritual hay que efectuar un alto en nuestras vidas y tomar en serio el mensaje de Jesús, que se concentra en este tiempo en traer y dar la libertad a todo hombre y mujer, pues la salvación, que es la síntesis de su oferta divina, no es posible recibirla en estado de esclavitud personal, familiar o social. Como Cristo, Hijo de Dios, portador de la salvación eterna, ejemplo incomparable de amor total; mas el Gólgota fue las respuestas lógicas del mundo a Jesús, y la Resurrección fue la respuesta amorosa e ilógica de Dios al hombre. Vive estos días con respeto, oración y mucha fe. Y que el nuevo gobierno en El Salvador traiga paz, prosperidad y muchas bendiciones al pueblo salvadoreño.
1 comentario:
Con respeto pero pienso que el Padre Hoyos exagera un poco cuando compara a los agentes de inmigración, con los torturadores de Jesús. El agente de inmigración, no es mas que un oficial del gobierno que está hacienda su trabajo, si lo hace de una manera humanitaria o no, eso ya es cuestión de cada uno y su consciencia.
El llegar y permanence ilegalmente en un pais, sea por deseo o necesidad, es un riesgo adquirido del que uno debe de ser consciente en todo momento.
Yo mismo trabajé casi tres años ilegalmente en México después de haber entrado como turista, antes de llegar a este país. A pesar de los esfuerzos y apoyo de mi empleador, inmigración seguía negandome los papeles, al final…casi caigo en manos de uno de los agentes, y creanme, no hubiera sido lo mismo que aqui debido a la corrupción rampante de muchos de los oficiales de la ley en ese país.
Pero, quizas Dios tenia otros planes para mi, y esto es un testimonio que hago: Primero y debido a un suceso muy inusual, no me encontraba en la oficina, en el momento exacto en que el de “la migra” vino a por mi, Segundo, al decidir marcharme del pais debido a ese suceso, quizas salve la vida, pues en 1985 hubo un gran terremoto en la Ciudad de México, que causo gran debastación y muerte.
Uno nunca sabe…
Publicar un comentario