miércoles, mayo 19, 2010

Carta Abierta a los Obispos de Arizona

08 de mayo, 2010

Reverendísimo Thomas J. Olmsted, Obispo de Phoenix
Reverendísimo Gerald F. Kicanas, Obispo de Tucson
Reverendísimo James S. Wall, Obispo de Gallup


Queridos Obispos Olmsted, Kicanas y Wall,

Nosotros, los abajo firmantes, nos encontramos entre los más de 300 líderes asistentes a la Convocación Católica de Redes de Diversidad Cultural en la Universidad de Notre Dame, del 6 al 8 de mayo de 2010. Somos una muestra representativa de toda la Iglesia Católica en los Estados Unidos procedentes de todas las regiones del país y representamos a muchas familias de diferentes culturas, razas y grupos étnicos que componen la Iglesia en los Estados Unidos, incluyendo los de origen europeo.

Hemos sido bendecidos con la presencia de diecinueve arzobispos y obispos, entre ellos el arzobispo Pietro Sambi, representante personal de nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI, junto con los sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos y cientos de ministros laicos y profesionales católicos.

Escribimos para expresar nuestra solidaridad con ustedes y la comunidad católica bajo su cuidado y todo el pueblo de Arizona y de todos los Estados Unidos que han levantado sus voces en oposición a la ley de Arizona SB1070. Esta es una ley que debilita el tejido social creando de una atmósfera de discriminación contra algunos miembros de la comunidad, creando perfiles de minorías y temor entre las personas de color sin importar su estatus migratorio.

Al expresar esta preocupación nos damos cuenta de que toda la gente de Arizona, junto con otros millones de personas en todo el país están sufriendo de un sistema de inmigración roto que está en la necesidad de una reforma inmediata, integral. Lamentamos que tanto las ramas ejecutiva y legislativa del gobierno federal que, con derecho son competentes en esta materia, junto con el liderazgo de ambos partidos políticos, no se han mostrado dispuestos a resolver la urgente necesidad de una nueva política migratoria equitativa. El tiempo para que puedan enfrentar el tema de la reforma migratoria se ha demorado demasiado.

Le felicitamos por su valentía y el liderazgo en esta materia, así como tambien la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos para por su posición constructiva y bien razonada respecto a estas cuestiones controvertidas en consonancia con la doctrina social católica. Ustedes han sido defensores incondicionales de la dignidad humana y el bien común. Ustedes y su gente han abierto las puertas a los inmigrantes y les han dado la bienvenida a la Mesa de la Palabra y de la Eucaristía. A través de estos gestos de solidaridad ustedes son un signo de esperanza en la sociedad estadounidense de que unidos somos más fuertes y que ustedes nos acercan a la visión de Pentecostés como un pueblo diverso con una sola mente y corazón. Oramos para que trabajando en conjunto con todas las personas de buena voluntad, podamos encontrar el camino a seguir para que los derechos y la dignidad de los seres humanos, incluyendo los indocumentados, así como también para que la integridad de nuestras fronteras serán salvaguardadas y protegidas.

Por nuestra parte comprometemos nuestras continuas oraciones y esfuerzos en nuestras comunidades locales para promover la necesidad de acciones inmediatas sobre la reforma migratoria.

Atentamente,

Los participantes en la Convocación Católica de Redes de Diversidad Cultural 2010
Notre Dame, Indiana

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