Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
20 de mayo de 2010
La fiesta de Pentecostés cada año adquiere más y mas fuerza dentro de la Iglesia Católica, podemos darnos cuenta por la diversidad de eventos, vigilias, encuentros, misas de sanación, y estadios llenos en el mundo con grandes predicadores. La Iglesia de Cristo Resucitado sigue vía y en este tiempo con más ardor.
La Iglesia nace en el momento de Pentecostés por eso es la alegría y la celebración que realizamos en agradecimiento. El día de Pentecostés en Jerusalén, los Apóstoles, y con ellos la primar comunidad de los discípulos de Cristo, reunidos en el cenáculo en compañía de María, Madre del Señor, reciben el Espíritu Santo. Se cumple así por ellos la promesa que Cristo les confió al partir de este mundo para volver al Padre. Ese día se revela al mundo la Iglesia, que había brotado de la muerte del Redentor.
El nacimiento de la Iglesia es como una “nueva creación” (Ef 2, 5). También en esta celebración se conmemora el descendimiento del Espíritu Santo sobre los apóstoles, a los cincuenta días después de la Resurrección de Cristo, en el festival judío llamado “festejo de las semanas o Pentecostés”.
“al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que lleno toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron toso llenos del Espíritu Santo y se pusieron hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedió expresarse” (Hechos 2, 1-4).
El Papa Juan Pablo II en su homilía de Pentecostés en su visita a Croacia el 8 de junio de 2003 decía: “la Iglesia de Cristo esta siempre, por decirlo así, en estado de Pentecostés. Siempre en camina para anunciar. La Iglesia se mantiene perennemente joven y viva, una santa, católica y apostólica, porque el espiritual desciende continuamente sobre ella para recordarle todos espíritu desciende continuamente sobre ella para recordarle todo lo que su Señor le dijo y para guiarla a la verdad plena”. Desde la fundación de la Iglesia el día de Pentecostés, el Espíritu Santo es quien la construye, anima y santifica, le da vida y unidad y la enriquece con sus dones.
El Espíritu Santo sigue trabajando en la Iglesia de muchas maneras distintas, inspirando, motivando e impulsando a los cristianos, en forma individual o como iglesia entera, a proclamar la Buena Nueva de Jesús. El Espíritu Santo asiste especialmente al representante de Cristo en al tierra; el Papa, para que guíe rectamente a la Iglesia y cumpla su labor de pastor del rebaño de Jesucristo.
En Italia fue costumbre que se lanzaran pétalos de rosas desde el cielo de las Iglesias, simbolizando así el milagro de las lenguas de fuego, con base en ello, el domingo de Pentecostés es llamado en Sicilia y en otras regiones italianas como Pascha Rosatum, nombre que proviene del uso de los ropajes rojos de la ocasión. Si usted desea unirse a nuestra celebración de Pentecostés esta invitado a asistir a la gran Misa de Sanación el sábado, 22 de mayo a las 8pm en la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church.
Foto: "Pentecostes" del pintor español Luis Tristán de Escamilla (1586-1624)
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