jueves, octubre 23, 2008

La lengua de las mariposas

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Querido amigo(a), no se si usted alguna vez ha observado por curiosidad una oruga. ¿Conoce usted una oruga? La oruga es la larva de los insectos del orden lepidóptero (incluye las mariposas y polillas). Las orugas son típicamente blandas y cilíndricas y a menudo poseen vistosos colores que usualmente advierten de su toxicidad o desagradable sabor. Cuando están en pleno desarrollo no son muy simpáticas ni hermosas. Pero cuando las orugas se transforman y se desarrollan se convierten en millones de hermosas y extraordinarias mariposas de miles de colores que adornan y entretienen la naturaleza.

Las orugas, como todos los insectos, no respiran a través de la boca; el aire entra en sus cuerpos a través de series de pequeños orificios tegumentarios presentes a lo largo del tórax y el abdomen, que se denomina espiráculos. Las orugas no tienen buena vista, y tampoco son muy eficaces, sus otros sentidos. En lugar de los ojos compuestos característicos de los adultos disponen de una serie de seis pequeños ojos simples, denominados stemmata, en la parte inferior de su cabeza. Utilizan sus antenas para descubrir donde hay comida.

Como podemos observar las orugas antes de trasformarse en hermosas y delicadas mariposas tienen que pasar por una metamorfosis bien complicada y sacrificada. En cuanto al hombre para llegar a ser un adulto o llegar a una sólida vida espiritual, igualmente debe pasar por varios procesos de purificación que muchas veces no son tan fáciles, llenos de dolor, sacrificio y de mucha perseverancia. En las Sagradas Escrituras se nos habla varias veces de una transfiguración o transformación. La palabra griega para transformados, metamorfosis (usada en Romanos 12:2 y 2 Corintios 3:18), es la que emplea para describir el cambio asombroso que permite que una oruga se transforme en una mariposa.

Es un hermoso cuadro de lo que nos pasa espiritualmente cuando permitimos que Dios dirija nuestros pensamientos: Él nos transforma de adentro hacia fuera, nos hace más hermosos y nos libera para alcanzar nuevas alturas. Debemos vestirnos de colores como las mariposas utilizando el carácter de Cristo, desarrollando nuevos y consagrados hábitos. La Biblia nos manda ponernos el “nuevo yo”, “la nueva naturaleza”.

Llegar a ser como Cristo es un proceso largo y de lento crecimiento. La madurez espiritual no es instantánea ni automática; es un desarrollo gradual y progresivo que llevara el resto de tu vida. Es algo maravilloso poder tomar unos minutos en las montañas en un parque o frente a un jardín y contemplar a una mariposa o una lluvia de mariposas.


Dentro de las películas que recomiendo que puedan ustedes disfrutar sanamente y entre familia sería “La Lengua de las Mariposas” de Rafael Azcona, donde vamos a encontrar una linda relación de un niño con su maestro en el periodo de la guerra civil en España. Es lo equivalente a como se desarrolla nuestra transformación de una fe en pañales a una madurez de amistad con nuestro maestro Jesús de Nazaret. Esta película trata de muchos temas: de la amistad, el miedo, del terror, de las miserias, de la condición humana etc. Especialmente de los acontecimientos históricos que están detrás de las lenguas de las mariposas.

2 comentarios:

Rebel Girl dijo...

Es cierto que "La Lengua de las Mariposas" es una pelicula espectacular y vale la pena buscarla en DVD. En EEUU se consigue facilmente bajo el titulo ingles "Butterfly" por medio de Amazon o otras tiendas online. Es mas dificil encontrar la version en espanol. Es buena para compartir con jovenes e iniciar una conversacion sobre los valores como la libertad y el valor que se necesita para defenderlos.

Anónimo dijo...

"Llegar a ser como Cristo es un proceso largo y de lento crecimiento. La madurez espiritual no es instantánea ni automática; es un desarrollo gradual y progresivo que llevara el resto de tu vida."

A veces me he preguntado que pasará con y tantas almas que llegan al fin de su vida física y no han alcanzado a este estado y algunas ni siquiera saben conscientemente de que existe esa posibilidad.