Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
2 de abril de 2010
Cada vez que viene la Semana Santa tengo por costumbre y tradición representar los 12 apóstoles. Pues he considerado y a través de la experiencia que escoger a 12 personas del publico como apóstoles, es una gran herramienta de evangelización. Es interesante el comprobar como cada persona que acepta este papel de apóstol de la Iglesia se identifica con cada personaje. El problema que encuentro en los elegidos es que ninguno quiere representar a Judas.
Bueno, esto es fácil de entender, pero también tenemos que entender a Judas, pues su misión de traicionar a Jesús no fue la más fácil. Y es el más difícil de comprender. Pero cada miércoles Santo su figura sale a relucir y se convierte en el personaje bíblico menos popular del grupo de los doce. El evangelio de San Mateo 26, 14-16, nos recuerda que uno de los doce llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: “¿Cuánto me dan si les entrego a Jesús?” ellos quedaron en darle treinta monedas de plata. Y desde ese momento, andaba buscando una oportunidad para entregarlo.
Y en esta época para que nos escandalizamos de la actitud de Judas, si muchos de nosotros con nuestra actitud violenta, corrupta, negativa y pecadora, somos peores que Judas. Hay pinturas y fotografías igual de dramatizaciones religiosas de Cristo crucificado donde muestran una llaga profunda en la mejilla izquierda del Señor. Y cuenta que esa llaga representa el beso de Judas.
Y esa llaga sigue sangrando en la mejilla de Jesús con nuestra indiferencia social, nuestra ausencia los domingos en la Iglesia. El alejamiento al sacramento de la Penitencia, a la falta de amor a la Madre de Jesús, al no rezar el Santo Rosario, a la soberbia, la envidia, la impureza, el odio, el chisme, el resentimiento, los malos pensamientos, las discordias, la falta de oración y penitencia etc.
Queridos amigos(as), ¿y nosotros? ¿Tenemos motivo para enojarnos con Judas y condenarlo? ¿Cuántas veces hemos traicionado y herido la otra mejilla del Señor? ¿Cuantas veces hemos criticado su propia Iglesia? ¿Cuántas veces hemos pasado al frente del tabernáculo y lo hemos ignorado? ¿Cuántas veces lo hemos traicionado en uno de nuestros hermanos más necesitados, amigos o compañeros? ¿Cuántas veces hemos visto el rostro triste de Jesús en el inmigrante, el anciano o el niño hambriento y lo hemos despreciado? ¡Meditemos y pensemos quien es el traidor! ¿Judas o yo?
1 comentario:
Recuerden hermanos, que Judas no pudo hacer nada que Jesús no permitiera ni supiera. El tubo un papel importante que desempeñar en este drama y por ello no es nada vergonzoso el interpretarlo en Semana Santa.
En Holy Family tubimos tambien nuestro pequeño desfile de Domingo de Ramos. Yo me adjudique el papel de Thomas, el que siempre hace preguntas y tiene dudas. De todo tiene que haber.
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