Por Jose
Eugenio Hoyos
Los diferentes movimientos que nos ofrece la Iglesia Católica
son los escalones para primero encontrar a Dios, luego para que a través de los
Sacramento, la oración y la alabanza encontremos el remedio y la medicina para
el cuerpo y el alma.
Un ejemplo de ello nos lo da la Renovación Carismática quien
en su variedad de expresiones espirituales hayamos alivio a la enfermedad, el estrés,
el sufrimiento y la depresión.
Muchas enfermedades por ejemplo de la mente son por las
acumulaciones de dolores, recuerdos del pasado, miedo y temores.
En la Renovación Carismática se le reafirma la fe y el creer
100% para que la persona se enfoque más en la figura de Jesús y que su oración tenga
más sentido y respuestas positivas.
Un bien sistema para liberarse de miedos y temores consiste
en llevar a Dios en el pensamiento. Él es el único que no cambia, que siempre
es el mismo. Nunca se olvida de sus hijos(as) cuando el temor atormente a un Carismático
Católico debe buscar inmediatamente al Señor como nos dice el Salmo 34:4 “Yo he
buscado al Señor, y Él me ha respondido, liberándome de todos mis temores.
Gritar, cantar, saltar, son expresiones que ayudan a liberar
frustraciones y a desestrezar el cuerpo y el Espíritu. Son intentos importantes
que ayudan a superar una crisis personal, ya que la misma crisis se presenta en
espacio de sanación y liberación: la oración que brota del corazón ayuda
enormemente a liberarnos de cadenas que nos han tenido encadenados en el pasado
adorando a Jesús sentiremos la verdadera Paz del Alma.