
Washington Hispanic
13 de febrero de 2009
En el trabajo pastoral que realizamos los sacerdotes, nuestra principal preocupación e interés es que todos estemos bien y poder ayudar a las personas que nos piden ayuda. No es fácil, créanme, ayudar y a complacer a todos. Cada día nos llegan casos para resolver, problemas psicológicos, personas con depresiones, padres de familia que no pueden entender y comunicarse con sus hijos, peleas matrimoniales, personas con problemas de inmigración (40%), los que no pueden pagar sus viviendas(15%) y sobre todo saco un pequeño tiempo para orar para que un alma generosa me envíe una buena donación y así comprar mercados para familias con niños y sin trabajo, que no tienen como pagar la renta o comprar comida para sus hijos.
Gracias a mi fe, puedo sobrevivir sobre las crisis económicas pero lo que también me preocupa es el bienestar de los matrimonios y de el noviazgo de algunos. Como ustedes se darán cuenta, nosotros los “curas” sí vivimos ocupados y los problemas de los demás son nuestros problemas.
En cuanto al amor, quiero pedir oración en este mes del Amor y la Amistad, para que reflexionemos sobre la importancia de este regalo de Dios. Dentro de las necesidades de nuestra gente se relaciona mucho el amor y nuestro comportamiento. Por ejemplo, si queremos ser felices hay que dejar los celos y la desconfianza a un lado. Una persona ha querido que en este mes del amor comparta con los lectores de mi blog la siguiente carta para escuchar sus opiniones:
“Querido Padre Hoyos y amigos: Les escribo porque deseo tener no solamente una opinión, sino muchas. Su ayuda es importante para mi vida. Mi enamorado es una buena persona, humilde y trabajador, y lo acabo de perder por mis frecuentes berrinches y malditos celos, me pongo a toda hora celosa de sus amigos y amigas y de su celular. El ya no aguantó más y se movió a la Florida.Ojalá que este testimonio nos ayude a controlar nuestros sentimientos, celos y otros movimientos negativos, hay que confiar y permanecer en oración.
Siempre me lo imagino besando y acariciando a otras mujeres, cuando me comunico con él he tenido la idea de ir a envenenarlo o irle hacer un escándalo, por lo que considero que puedo empeorar las cosas. Lo he puesto en contra a su mamá y a su familia.
Ahora estoy arrepentida, él ya no quiere que lo vuelva a llamar. Me pide que vaya a consejería siquiátrica o a neuróticos anónimos. Ahora he entrado en depresión y la que se quiere matar soy yo. En verdad lo amo, yo se que he cometido errores, estoy muy confundida, ayúdenme. ¿Que debo hacer? Gloria.”